jueves, 28 de enero de 2010

"De lo que tengo miedo es de tu miedo". (Shakespeare)





Tú te preguntas que me empuja a sonreír y reír siempre como un idiota, y yo te respondo que eres idiota por no saber dar valor al valor que se requiere siempre para sonreír y reír aunque sea un poco. Sonreír y reír en los tiempos que corren es algo más que una hazaña, es un profundo acto de ácida rebeldía. Precisamente porque si las cosas a tu alrededor tienen un fin, ese es evitar que rías (a excepción, obviamente, de cuando pagas por reír). En realidad ves la luz, te dan la palmadita y poco después ya te infundan miedo y mas miedo, con el fin de mantenerte subyugado y dócil. El ser humano necesita del miedo, es fundamental y forma parte del instinto de supervivencia. Sino supiese alertarse, a menudo parecería tonto y perecería a lo tonto. Pero hay miedos que son un simple añadido a lo natural, que van más allá de lo que sería normal, y que tienen establecidas unas metas muy concretas. Esos tan sólo persiguen doblegar tu voluntad. Y para combatirlos hay que apretar los dientes, y sonreír y sonreír, con ironía y mordacidad. Incluso a poder ser, con naturalidad, que no se note que estás luchando.



Existen básicamente el miedo a las represalias directas por parte de la autoridad si actúas según tu propio criterio, y el miedo al rechazo por parte de lxs demás si no actúas según el criterio impuesto para tod=s por la autoridad.


Y todo empieza desde que eres un retoño, desde el primer momento en que tienen acceso a tu persona. Miedo en casa a “portarte” mal, o cargarás con toda la frustración que sufren los atemorizadxs adultxs sobre tus hombros. Miedo a tu primer día de escuela/establo, aunque éste sea un miedo bastante natural, la agonía empieza ahí dentro para ya nunca acabar y algo dentro de ti lo intuye. Miedo a desobedecer al profesor cuando te exige que dejes de jugar por más ganas que tengas, o eres castigado. Así, entre la tiranía doméstica (por tu bien) y el avasallamiento escolar (por tu bien) ya te crean el miedo a la autoridad. Es la semillita de la obediencia. Se germina una vida de cabeza gacha, y lo que es peor, sin derecho al pataleo.


Empiezas a tener conciencia, y con ella muchos más miedos, los que antes la inocencia te permitía ignorar. Así, empiezas a tener miedo de ser el tonto de la clase, porque sabes que te caerán mil ostias. Miedo a ser el listo, porque sabes que te miraran con bastante asco, y miedo a ser distinto en general, porque se ensañaran cruelmente con tus “defectos”. Lo mejor para evitar conflictos es ser exactamente igual que lxs demás, y esta también es una constante que se perpetuará si no haces acopio de valentía.


Miedo a no hacer los deberes, porque en vez de motivarte para que te parezca interesante hacerlos, sabes que simplemente te castigarán si no los haces. Miedo a sacar malas notas en materias que no llaman tu atención, o serás castigado y humillado en casa. Miedo al matón de la clase, ese que, como tus padres, desahoga sus miedos sobre el débil, que a veces eres tú. Miedo a quejarte al respecto y mostrarte débil, pues se espera de ti que sepas resolver toda esa locura por ti mismx y miedo a no saber resolverla, que es algo que se va incrustando paulatinamente y con resignación muy dentro de ti. Si a estas alturas ya te has desmarcado inconscientemente del resto, miedo a creer que eres un bicho raro, a saber que nunca gozaras de las oportunidades que tienen quienes si renuncian a cuestionar el funcionamiento de las cosas.


Miedo a ver como cada vez te vas alejando más de la uniformidad del grupo, que es el miedo a la soledad, que también te acompañara ya por siempre. Miedo a pensar que el día de mañana serás un “Don nadie” si hoy no te sometes, y miedo a irte a la cama sin cenar, al “coco”, o a no poder salir en unos cuantos días.


Sobrevives a la escolarización, y empieza el miedo a no encontrar un trabajo, porque en casa aprietan tus sienes. Si lo encuentras, miedo a lo que el encargado pueda decir de ti si te muestras mínimamente convencido de ti mismo en vez de ser un autómata destinado a producir cada vez más deprisa. Miedo a perder el curro en definitiva, porque es todo tan caro, y tienes que sobrevivir y además aparentar. Miedo a buscar alternativas, pues todas las que no pasen por el sometimiento llevan el cartel de “ilegal”, y es éste miedo el miedo a la policía, que es el miedo a padres y maestros. Miedo a la cárcel, miedo a los porrazos, miedo a las multas, miedo a las sentencias de un juez que estudió la constitución pero nunca tuvo sentido de la justicia, miedo a la humillación y a la brutal falta de comprensión cuando tú solo pretendes hallar soluciones propias y dignas, porque solo tú sabes lo que te conviene y tienes el legítimo derecho a equivocarte.


Miedo al que todo salga mal, al fracaso, porque éste mundo no esta diseñado para compartir, y sabes que si no eres tú, poca gente hará algo por ti. Miedo al éxito, porque aunque tal vez tu intención sea la de hacer algo por lxs demás, sabes que éste mundo está diseñado para competir y habrá quien desarrolle aviesas argucias para arrebatarte todo lo que conseguiste. Para colmo, existen tretas de esta índole que son consideradas “legales”, en tanto que la autoridad se beneficie, así que ni su propia podrida escala de valores acudirá en tu socorro.


El natural miedo a la incertidumbre, acrecentado por la sensación de vacío que sientes cuando te das cuenta de que tan sólo eres cuanto tienes y posees. Miedo a lo desconocido, porque te han enseñado que todo lo que implique salirse del renglón significa peligro. Miedo a peligros que ni existen, y miedo a como reaccionaran tus semejantes ante tales miedos, a la demencia que nace de tanta presión en individuos a menudo muy poco preparados para soportarla.


Los más ridículos miedos posibles, los reservados para la recua más necia, los miedos de los medios, los miedos mediáticos y televisivos, que son la manera sutil de acojonarte frente a lo distinto. A saber:


El miedo al terrorismo (por parte de lxs “distintxs”, sobra decir), porque atenta contra “el estado del bienestar” a costa de victimas inocentes, en vez de tener un lógico miedo a un estado de bienestar que acaba con la inocencia de las personas haciéndolas victimas de sus miedos para no tener que soltar el mochuelo, hasta llegar a conseguir incluso que haya quien desee atentar contra él.






El miedo a la inmigración, (chauvinismo, etnocentrismo y patriotismo son simple y llana imbecilidad muchas veces infundada interesadamente), a esas personas, como no, “distintas” que quieren según la caja tonta acabar con tus raíces culturales y quitarte el trabajo, cuando todos sabemos que el Burguer King no sirve callos ni fabadas y que los empresarios son los primeros en contratar a los inmigrantes porque se les explota mejor. Gente que se preocupa por su país porque se acercan lxs pobres de otros sitios, consecuencia generalmente de los abusos de su propia patria occidental, pero que en cambio no se preocupa por la globalización, culmen de la incultura y la lapidación de las identidades en todas sus vertientes.






El paradójico miedo a envejecer, que contrasta con el miedo a morir (caso aparte). Quieres vivir cien años, pero quieres vivir cien años pareciendo que tengas veinte. Y si no lo deseas así, L’Oreal se encargará de acojonarte, ya sea mediante tu espejo, o mediante la gente de tu alrededor mas idiota, esa que sí se dejó acojonar por su espejo. Procura siempre compararte, en las series y películas no hay sitio para “engendros” con defectos físicos si no es mofa y sorna mediante, así que supón que en la calle tampoco, y asústate o compra parches.






Como no, el miedo a que se te estropee la TV, y tengas que usar el cerebro.










El miedo por excelencia, que es el miedo a morir, viejo estigma que arrastramos, fruto de dudas irresolubles, y filón sin par para religiones sobre todo, para quienes poseen el monopolio de la “vida eterna”. Miedo a morir en pecado, miedo a quedarte ciego por masturbarte, miedo a sentirte culpable de que un cura abusara de tu cuerpo, miedo al infierno, curiosamente por cuestionar desde la sinceridad y la búsqueda de la paz personal, la supuesta doctrina de “la verdad”. No mereces sentirte bien contigo, tu deber es sentirte bien con los dioses y sus managers terrenales. O arde en el lago de azufre, malditx impí=.


Miedo al rechazo, a que te den de lado por no encajar, y solo te quede intentar encajar vendiendo hasta la ultima de tus ideas, prostituyendo tu escala de valores, fingiendo y aparentando ser, y esto incluye aparentando tener carácter y ser valiente. En una de sus variantes, el recurrente e hiriente miedo a que “se te pase al arroz” por cosas estúpidas como tener granos, ser bajito, estar gorda, ser manca, ser calvo, bizca, cojo, por tener las orejas o la nariz grandes, por tener problemas de dicción o por no tener habilidades sociales, por tener un dedo de más en una mano, por sufrir alguna enfermedad, por que tu rostro muestre “sucia vejez” en lugar de “experta sabiduría”, por ser albino, lampiña, peludo o jorobado.


Miedo a confiar en cualquiera, a querer, a ceder, a sacrificarte, a entregarte, a hablar más de la cuenta, a mostrar tus sentimientos, a parecer vulnerable, porque el mundo es como la selva, la información es poder, y siempre gana el más poderoso, y tú siempre te puedes quedar con el culo al aire, victima de interesadas jugarretas de escaso valor moral.


Miedo al descontrol, a que no este todo previsto, planificado y calculado pues te han hecho creer que sin la autoridad regulándolo todo, tu no eres capaz de nada, y miedo a la libertad, a sentirte el únic= dueñx de tus decisiones, porque el lastre de equivocarte supera con creces tu capacidad de purgarte cara a la galería.


Todos estos miedos, y unos cuantos más, se resuelven de dos maneras muy simples: con dinero, o con tu sumisión. Paga, o cierra el puto hocico.


Si no tienes pasta o tienes mucho orgullo, o te echas a temblar, o te echas a reír, demostrando estar por encima, demostrando que eres capaz de jugar, soñar, saltar, corretear y divertirte pese a todo. Las consecuencias serán las mismas, pero se te harán más llevaderas cachondeándote de ellas. En definitivas cuentas, sonreír y reír como un/a idiota (que sabe lo que hace) siempre fue más sano que claudicar entre sollozos y temblores, donde va a parar.














Además, recuerda: quien teme sufrir, sufre de temor.














Espabila e ironiza, ¡que se jodan!


 
 

domingo, 24 de enero de 2010

Zooilógico de frente altiva y orgullo intacto








En el mundo hay, y tiene que haber, de todo. Bichos raros que exceptúan la regla. Los ajenos a los convencionalismos del reino animal.


Hay, entre muchos otros, pingüinos rastafaris, jirafas con anginas, cocodrilos mellados, armadillos cuadrados, leones alopécicos, osos perezosos hiperactivos, loros políglotas, camaleones albinos, pulpos jíbaros,

dromedarios alcohólicos con reservas de vino en la joroba, serpientes con botas, ratas de paladar exigente, dragones unicelulares, asnos ajedrecistas, gallos narcolépticos, mantis religiosas ateas, gorilas escuálidos, hormigas haraganas, dinosaurios mimosos y tiburones vegetarianos.

Calamares de tinta invisible, tigres con manicura, cigarras laboriosas, pirañas de labios sellados, moscas metrosexuales, pulgas reptadoras, bacalaos dulces, mariposas grises, orangutanes de brazo corto, mariquitas de ultraderecha, cerdos atléticos, gaviotas del desierto, cabras cuerdas y cebras a topos.

Vacas con mala leche, focas anoréxicas, lombrices que derrapan, canarios roncos, guepardos tetrapléjicos, patos patosos, perros verdes, tiburones martillo que pierden la cabeza, abejas de salado, saltamontes que practican el doble mortal con tirabuzón y cangrejos que tiran adelante.

Topos vigías, buitres devorando las horas muertas, mofetas fragantes, hienas deprimidas, hipopótamos hidrofóbicos, caracoles con babero, murciélagos que echan la siesta tumbados, anguilas a pilas, pelotas escarabajeras, elefantes olvidadizos, suricatos jorobados, liebres desidiosas, ardillas con dentadura postiza y morsas bien afeitadas.

Caballos de paso tosco, gatos tristes y azules, ovejas lampiñas, chimpancés cosmonautas, palomas sin mensaje, orugas sin planes de futuro, pavos de importantísimos mocos, papagayos polares, avestruces que meten la cabeza bajo el asfalto, cigüeñas que se quedan follando en París y nunca vuelven, cucarachas pulcras, marmotas insomnes, delfines bobos, dodos zombis, yaks rapados al cero, gallinas de huevos de oro, cangrejos ermitaños hipotecados a 40 años, rinocerontes de cutis delicado, tortugas apresuradas, manatíes violentos y gacelas tullidas.

Bonobos con clamidia, iguanas que no toleran la luz, zorras empachadas de uvas, panteras rosas, colibrís sedados, sanguijuelas heroinómanas enganchadas a chicuelas heroinómanas, conejos miopes, burros flautistas, pavos reales modestos, cuervos y urracas en el país de los ciegos, ornitorrincos narcisistas, langostas rojas de rabia, lobos estreñidos, castores disléxicos, ardillas voladoras de vuelo ascendente, salmones que se dejan llevar por la corriente, belugas negras, osos hormigueros con pelos en la lengua, mapaches a rostro descubierto y comadrejas urbanitas.

Búhos diurnos, guacamayos acromáticos, dragones de Komodo enanos, gusanos fornidos, ocelotes que renuncian a su piel para salvar la vida, monos narigudos de nariz roma, pangolines barbudos, periquitos autistas, boas que abrazan afectuosamente, sapos con pies de plomo, peces espada esgrimistas, luciérnagas de animo apagado, grillos de patas escocidas,



y, por supuesto,

Tú y Yo.

 

Siempre mejor sapo que mal acompañado.








De que ahora mi vida es ese tipo de vida que tanta gente anhela, no cabe duda alguna. Y siendo sincero, se la deseo a todxs ell=s, si de veras es lo que quieren. Allá cada cual con sus preferencias.


Admito que gozo de lujos y privilegios, algunos incluso ostentosos hasta la obscenidad. ¿Y que?

Me baño en leche de burra, celebro opíparos banquetes de sublimes viandas en los que llego a poner en peligro mis arterias, sin olvidar la cantidad de excelente vino que los riega, que no escasea en absoluto.

Dispongo de las tierras de medio reino, me enriquezco a cada exhalación, hay miles y miles de vasallos a mis pies que no dudan en sacrificarse por mi, y paso las horas muertas regodeándome con desidia en mis riquezas.

-“A sus pies, mi señor” murmuran entre genuflexiones mientras cabalgo con mi excelente corcel a lo largo de mis no menos excelsas tierras y bosques. La puta que los parió, que poca dignidad. Creo que el único que me respeta y me mira a los ojos de manera sincera es el gato de la corte.

Estoy casado con una muy bonita princesa si, a la que debo todo cuanto poseo y soy, y ella procura alejarme del hastío que me provoca tanta opulencia rutinaria. Siempre, y esto significa siempre, está encima de mí. “Hay que visitar a los duques de Cantalapiedra de arriba”, “Manda azotar al tabernero que ha mancillado mi honor postrando su mirada en mis enaguas”, “Tengamos quince vástagos que perpetúen la estirpe” y un largo etcétera de impertinentes milongas. Pero yo no le presto demasiada atención. Yo a lo mío con mi lacónico semblante apático.

Esos ratitos en que gozo de su ausencia, son los que aprovechan mi séquito de carroñerxs, que me secunda por decreto del oligofrénico gerontócrata de mi suegro, para rondarme con sus pretensiones. “Oh, si vuesa merced tuviese a bien concederme el dominio de la cantera”, “Oh, Amo, que excelente seda la de su túnica, sin duda alguna no existe comparación para con ella”, para luego solicitar no se que prórroga de unos impuestos que yo ni siquiera gestiono. Maldita sea, ¿Qué habré hecho yo para merecer a semejante gentualla constantemente en derredor?

Aunque mucha gente tenga motivos para envidiarme, en el fondo hace falta estómago para detentar tanto privilegio. Yo en particular estoy asqueado de estar en mi pellejo.

Solo me debato entre la apatía y la nostalgia. Hubo un tiempo en que fuí tan y tan feliz que se me tuerce el gesto al recordarlo. Así transcurría, plácida, mi existencia….

Yo solía ser el mas vacilón del pantano, con mi panda de colegas croando letras guarras entre los helechos. De vez en cuando tocaba aparearse y menudas juergas nos corríamos, que desenfreno, que despiporre. Pasábamos los ratos saltando de aquí hacia allí, con una alegría pura, inocente. Echábamos un vistazo a los renacuajos y les enseñábamos a croar a pleno pulmón en cuanto eran lo bastante mayorcitos. Por no hablar de cuando quedábamos para cazar moscas y atiborrarnos. Luego nos sentábamos, globosos, en los nenúfares, a digerir en paz y a mofarnos de los hombrecillos que pasaban sudando con sus cargas por los senderos, ¡que pringaos, siempre deslomándose!

Sus crías a veces se acercaban con la intención de darnos caza, y la tarde se tornaba un espectacular vaivén de huidas estrepitosas. Pero el día llegó en que no hubo carcajada infantil a modo de preámbulo, y en que me dieron caza, a trapera traición. Yo me rascaba la panza, ajeno a todo, cuando una grácil mano me asió, me elevó y sentí un pegajoso ósculo en mi gepeto de batracio. Había sido condenado.

Me salieron unos dorados y horteras tirabuzones, piernas de gimnasta y voz de mentecato con la que ya no podría croar baladas viscerales de mocos y pus en la ciénaga. Mis amigxs y novias ya no me reconocían.

Yo no daba crédito al cambio, pero en fin, hay que probarlo todo, pensé. Ahora ya lo he probado, llevo un mes de prueba y estoy hasta los reales cojones. A falta de una santa bruja que vuelva a concederme el beneficio de sus mal llamadas maldiciones, sólo me queda tentar al destino intentando invertir el proceso.

Sé que los labriegos, aunque con mucho disimulo, me miran de modo extraño, y es que deben pensar que se me ha ido la flapa cuando me ven lamer ranas a diestro y siniestro. Pero oye, es toda la esperanza que me queda, hacer el gilipollas de ese modo. Si es cierto eso que ha llegado a mis oídos eso de que algunas colocan, al menos echaré la tarde sin soportar en demasía a aquella panda, incluida Catalina, fuente de la que manan mis desdichas, la losa que asfixia mi paciencia.

Porque ella no podía ser una humilde y honrada formicofílica dispuesta a criar insectos para darse gusto no, a ella le tenían que poner perra los sapos que descansan tranquilos y felices.

Mi primo Cesar Raúl, angustiado por mi terrible situación, ha decidido incluso agenciarse un cartelito a modo de advertencia. Ojalá tenga mejor suerte que yo.



















Gràcies companya per la foto!

Belicismo epicúreo






Si no llega a ser por esa pereza que tantos disgustos causó siempre a sus familiares, a Rodaisis, la más haragana de cuantas personas conformen la humanidad, nunca la habrían echado de la pizzería, y aun hoy sucumbiríamos al horror.


Por suerte, la pillaron durmiendo detrás de un palet americano en la trastienda, y dio con sus huesos en la oficina del INEM. Bueno, aunque ella no lo entendiera así, también por suerte su vida como parada fue fugaz, porque pronto la llamaron de una agencia de esclavitud temporal, y le dieron un trabajo como moza de almacén.

A instancias directas e indirectas de sus acreedores, consintió volver a soportar el despertador. Muy a su pesar, estaba curtida en ello..

A los dos días, y con un contrato "indefinido" que ya en la oficina le habían pronosticado del orden de dos semanas de vigencia, se enfrentaba al almacén que acogería su alma unas diez horas al día.

Y desde luego, maldita la gracia que le hizo constatar que se almacenaba allí aquella inmundicia, y resignarse a convivir con ello ya no cinco minutos, sino las dos semanas que aún antes de transcurrir ya se le antojaban tortuosos lustros.

Pero de todos modos, seguramente debido a algun resorte interior responsable de la superación y el oportunismo aplicado a la misma, recurrió a la única virtud capaz de hacer sombra a su pereza, su astucia.

En un santiamén ya se había propuesto ganarse la confianza de sus superiores inmediatos, y a su vez extender su contrato de esclava moderna, y así, a su vez, ganar el tiempo necesario para sumergirse de lleno en los entresijos de la bioquímica.

Sí sí, sin ningún tipo de experiencia previa, siendo una completa neófita en cualquier asunto siquiera remotamente relacionado, se sentía más que dispuesta a mirar a Marie Curie por encima del hombro y cuanto antes mejor.

Su superior, Wenceslao Gutierrez, conocido en la planta como el "pichinardo", sencillamente no daba crédito. Esa muchacha había llegado a aceptar (sin rechistar) pasar un algodoncito entre todas las piezas ensambladas y por ensamblar de cuantísimos cohetes cargados con brutales sustancias, digamos perniciosas, allí habían. Era imposible no revisar su contrato de joven actual, y eso que el tenía fama de hombre sin escrúpulos. Pero que diablos, más que la piedad, le movía el interés por seguir viendo ese sacrificio humillante bajo su control y tutela.

Así pues, no sin maldecir y renegar mil veces por sus fueros internos, los rincones del rencor y el consuelo de la esperanza, pasaba los días fregando postrada a ras de suelo (porque pichinardo se vino arriba y le quitó precazmente el palo de la escoba para regodearse en su jerarquía), y las noches estudiando con extrema concentración y la devoción propia de quien pusiese en juego su vida.

Bueno, poco le duró el estudiar de ese modo inhumano, en realidad no le costó tanto llegar al quid de la cuestión, al punto que motivó su plan. Por fin comprendía la farmacodinamia y los mecanismos neuroquímicos de la lujuria, y con eso le bastaba. Ahora debía encontrar un método para aplicarlos, pero ya todo sería cuesta abajo, nada que ver con la inextricable maraña que se figuró al principio que sería llegar a entender todo aquello.

La verdad es que tuvo que reprimir la satisfacción de ver cumplidos sus objetivos durante muchísimo tiempo. En primer lugar porque el encargado era la antítesis de un acólito dispuesto, y la tuvo dos meses y medio con mil callos y lumbalgias antes de concederle el privilegio de palpar un salario. Pero lo superó con tenacidad, augurandose justas recompensas.

Una vez consiguió dinero, corrió hacia el sitio donde provean a la gente de sustancias para sus experimentos, que es un lugar que ella conoce y yo no, llámalo droguería, llámalo laboratorio farmacéutico, lo que sea, y se hizo con cantidades ingentes de testosterona, estrógenos, endorfinas, oxitocina, DHEA, feniletilamina, dopamina, serotonina, y sabe Dios cuántas sustancias más por el estilo.

Tanto estudiar química para eso, pero en fin, al menos superó su vagancia habitual y de paso se permitió enfundarse en una bata blanca acorde con su categoría científica, y empezó a mezclar un cóctel de la lujuria que es lo último que le faltaba a algunx que me se yo y no nombrare ahora.

No en probetas obviamente, sino en recipientes industriales alquilados para la ocasión con el poco sueldo que le quedaba tras comprar hormonas y enviar a la mierda a sus acreedores.

Con mucha paciencia, morro y constancia se dedicó a ofrecerse voluntaria cada vez que había que lustrar misiles, y, gramo a gramo, solapadamente, alterar el contenido de los mismos.

Cuando hubo por fin concluyó su labor, respiró aliviada y satisfecha. Había creado las armas bioquímicas. No esa indigna bazofia nociva que la gente entiende por armas bioquímicas, no. Las AUTENTICAS armas bioquímicas.

Ver el fruto de sus esfuerzos fue un placer que se dilato muchísimo, en segundo lugar, porque las cosas de palacio van despacio, y ya se sabe, hay que esperar a que el genocida de turno acabe de negociar los flecos de sus contratos antes de aniquilar alguna población.

Pese a todo, llego el día, y la dedicación y paciencia invertidas se vieron recompensadas con creces.

Tras el impacto de la primera de todas las ojivas que se abalanzaron aquel día desde los cielos a la zona sentenciada, la primera reacción fue de estupor, en las filas "agresoras" y en las "agredidas". La segunda fue la consumación de la fantasía suskindiana, una de las bacanales mas gordas acaecidas en el transcurso de la vida sobre el planeta. Una orgía de dimensiones épicas que desde luego hacía parecer una chiquillada el concepto "pornografía". Felaciones, flagelaciones, sodomías, coprofagias, e incluso dendrofilias y amokoscisias. El libertinaje sexual atroz en definitiva convertía el campo de "batalla" en un hervidero de placer por encima de la opinión del resto del mundo. El genocida de turno, se acercó a la zona con su mascarilla , y esquivando cuerpos sudorosos a diestra y siniestra, llegó hasta el líder de las filas, antes rivales, para negociar.

No tuvo en cuenta que el líder, aquel que fuese antes "rival", no se esperaba algo así, que no portaba mascarilla alguna y que estaba becerrísimo, así que allí mismo fue violado el genocida, con tan mala fortuna que la resistencia no hizo sino desgarrar sus organos internos con la fricción del inconmensurable órgano del citado mastuerzo. Aun hubo quien no pudo evitar follarse luego la boca del cadáver, porque aquello ya no había quien lo parase. Se hizo bueno el refran de "quien mata porculizando, porculizado muere"

Llegó un día tras mil orgasmos en que todo se relajó. Pero los estrechísimos vínculos que se habían formado entre aquellxs concitad=s habitantes del pantano de flujo y semen, resonaron por todo el globo. Pronto las guerras dejaron de hacerse por dinero, y empezaron a hacerse por vicio. Todo pueblo exigía ser bombardeado al menos dos veces por año, y a los líderes mundiales no les parecía mal, de hecho al fin pudieron dejar de esconderse para realizar sus orgías. Total, mediante húmedas cumbres también cumplían sus objetivos. Es más, los objetivos empezaron a ser las húmedas cumbres.

Lxs infantes por fin crecieron en un ambiente libre de violencia y de la hipocresía moral que supone criminalizar el natural sexo, y sólo cuando ellxs se sentían preparadxs, y bién se cuidaban sus padres y madres de que lo estuvieran, empezaban a montarse batallitas. La flora y fauna, a su vez, agradeció sobremanera este giro imprevisto y algún bicho avanzado a su especie incluso se aventuraba a compartir sus órganos con las personas, en una hermosa y romántica alianza entre asnos, puercoespines, patos y humanos.

Rodáisis nunca saltó a la palestra, pero si sacó buena tajada montando empresas de condones (por aquello de evitar pandemias), consoladores, aceites y lencerías para soldados modernas. A partir de ahí pudo dedicarse, al igual que el resto de nosotrxs, a aquello que era su máxima aspiración en la vida, descansar hasta la extenuación.

Así fue como ella y la dopamina salvaron el mundo temporalmente. Ahora sólo cabe esperar a que venga algún ambicioso a idear la manera de ostentar todo el poder sexual y vuelvan a llover venenos.


¡Paul Cézanne tenía el muelle flojo!



Las letrinas son una explosión maloliente de colores. La gama cromática se hace patente en todas las fosas sépticas, llenándolas de alegría. Y es que es sencillo ver la inmundicia de color de rosa.


Cualquier pintor con un mínimo de pericia, encontrará inspiraciones únicas si encasqueta su cráneo en la taza tras haber plegado sus ancas.

Los conocidos como “pedos pintores” son más pintores que nunca. Los truños recorren todo un abanico de colores, como por ejemplo el azul cielo, el escarlata (sin que haya habido algún desgarro necesariamente), el verde musgo y el amarillo más chillón.

Las combinaciones dan lugar a composiciones preciosas, que bien podrían enmarcarse y ser exhibidas en las salas de mayor prestigio mundial.

Y es que las postrimerías de cualquier banquete se convierten en una espectáculo, que recuerda a la pirotecnia, donde se dan cita y entrelazan millones de colores, no sin el factor sonoro que incorporan las ventosidades, y cuyo único inconveniente es el terrible hedor que de él emana.

El espectador mas astuto y perspicaz encontrara en estos collages fecales ciertos parecidos con cuadros históricos, banderas nacionales, y el plumaje de un cernícalo por citar solo algunas de las infinitas posibilidades que ofrecen, y a su vez, la persona sensible vera en estos frescos en porcelana una hermosa manera de reflejar emociones y sentimientos tan difíciles de plasmar como la euforia, la paz, la dignidad o el odio.

Las deposiciones se han convertido en otra forma de expresión artística y social, que ya ha revolucionado ámbitos tan dispares como el cine, la fotografía o incluso la literatura, como demuestra la recién publicada novela congoleña “El arcoíris tras la lluvia de mierda”, éxito sin precedentes de ventas y crítica.

Esta evolución intestinal, que tan satisfactorios (y no solo en cuanto al alivio físico atañe) resultados reporta a nuestra siempre bohemia raza humana, tiene unas causas muy concretas, y a ellas debemos estar agradecidxs, que es de bien nacidxs.

Así pues, no podemos volver a admirar nuestros pasteles cada vez que liberemos a Willy, sin mostrar nuestro más profundo agradecimiento a la industria de la alimentación y los macrointereses que la regulan.

Gracias a ellos llevamos varias generaciones tragando colorantes químicos y derivados del petroleo varios a espuertas, con estos espectaculares resultados. Y es que en vez de sacarnos los colores a la cara con semejante proceder, nos los sacan al esfínter tras teñirnos el intestino con mil pigmentos de nombres tan peregrinos como X-G82.

Así que nada, mil gracias por lo que nos ahorramos en Titanlux (para un buen gotelé solo hay que ponerse a cuatro patas y espurrear con violencia, por no hablar de la gracilidad que lucen los "estocados veneci"anos") por amenizar nuestras sentadas en el trono, y por hacernos sacar lo mejor de nosotrxs mismxs de un modo tan colorido.

Para aquellxs que experimentáis y desarrolláis nuevas técnicas a través de vuestros rectos, ya sabéis cual es la consigna: cada día al Mc Donald’s sin falta. Y de postre un Frigo-Pie.

Y quienes no tengáis dinero para permitiros esta sana y recomendable dieta, no os azoréis. A dia de hoy ya todo alimento básico está química y genéticamente tratado y os ayudara en vuestros objetivos artístico-excrementicios. ¡A sublimar el impresionismo intestinal se ha dicho!

MI CARTA A LOS REYES








Malditos Reyes Vagos:






Este año no me he portado ni bien ni mal.

Es tan complejo discernir entre ambos conceptos, es una valoración sujeta a tantos baremos ambiguos, que si la escala de valores inculcada, que si los prejuicios, que si el protocolo, que si el aspecto moral, que si el legal, que si las comparaciones, etc., que se hace realmente difícil establecer una conclusión precisa y que explique el proceder de un individuo a lo largo de un año. Pero en fin, esto es lo de menos.

Yo, siguiendo vuestro ladino ejemplo, no creo que deba esforzarme en absoluto para exigiros, así que hoy me dirijo a vosotrxs para dejar clarito lo que deseo me traigáis.





Quiero solo carbón.





Eso si, quiero MUCHO carbón. Y quiero que lo extraigáis con vuestras propias manos. Quiero que expongáis vuestros pulmones al polvo que carga el ambiente de las minas hasta que enganchéis una buena silicosis o una neumoconiosis en su defecto. Quiero que tembléis del pánico al contemplar la posibilidad de morir aplastadxs entre el estampido del taladro del “roof bolter” y el techo de la mina cuando se activan las palancas de control de la maquinita sin que el operador este en posición. Si hay accidente laboral, recordad: la culpa siempre es vuestra. Con casco y barreno en ristre (cuidado no os reviente en las pezuñas, que el trinitrotolueno no lo regalan), vais, perforáis y entre sudores y punzadas lumbares os hacéis con las cinco toneladas de carbón que considero que me debéis, por lo pronto. Si queréis, podéis llevaros también a vuestro hombrecillo de blanco, a vuestro paje el demente sifilítico, para que os ayude a cargar con el peso del mineral extraído.

Cuando venda este carbón, porque en realidad mi única ilusión es veros doblar el espinazo, obtendré dinero, que estará sujeto a impuestos, que podréis utilizar para descansar el resto del año, como cada año. Pero si al menos cada navidad os ensuciáis las manos y os lesionáis currando durante unas semanas, quizás se aplaque, aunque sea mínimamente, la indignación.

Eso si, no habrá cava ni para vosotros, ni para el estólido de blanco, ni para el camello de la corte, ya os lo digo desde ahora.



“En estas fechas tan señaladas”, dejad de dar la murga por la telele y poneos manos a la obra de una puta vez. Que lxs “súbditxs” tenemos deseos más profundos y prácticos que el de veros saludar como mostrencos, sandixs mostrencas “campechan=s”.
 
 
 








El amanecer no anunciaba ni para la mas aguzada perspicacia el giro en que se veria envuelta la comunidad foca. Pocas veces uno de los patriarcas de un tan consolidado clan, veriase obligado a distanciarse tantos kilometros respecto a su siempre dependiente manada.

Las focas gruñian, los focos lloraban, se respiraba la preocupacion y la ansiedad por separacion en la colonia.
- no llegara ni a la segunda corriente- decian unxs.
- nosotrxs ni a primavera- sollozaban otrxs.
- que mas da la primavera, si papeamos bajo el agua, imbecil- espetaba el sabihondo sin idea de turno.

La expectacion era maxima, la tension se mascaba, aquello apestaba a tragedia, ¿desde cuando lxs foc@s tenian santo al que encomendarse?
Hasta la zona emigraron clanes “amigos” de dispar objetivo. Algunos dispuestos a convencer a Pericles de que no se enrolara en tan temeraria empresa, algunos pretendiendo suplantarle en cargo y funciones. Simples y llanos rapaces descarados.
Con el revuelo, incluso las presas metieron baza. Decian "oh si Pericles, tu que tanto has masticao nuestra estirpe, tomate unas vacaciones ya. Joder."

El mar estaba convulso, y toda fauna marina confusa y desubicada.
Pericles estaba encerrado en si, ajeno al sofoco foco, apretando los colmillos y jurando valentia. Distante a toda turba, seguia ofuscado, empecinado en restituir el honor de Agapito, su primogenito, adoptado y rescatado de las drogas bajo su propia tutela.
El mar clamaba con feroz ansia estabilidad, él, se reafirmaba en sus principios. Mucho lo habia reflexionado ya, solo quedaba la promesa que se hizo a si mismo.
No obstante, Agapito sí se sentia implicado en el incidente. Puede que hasta culpable, aunque se dijese "que me quiten lo bailao".

Asi fue como se acerco hasta Pericles y le susurro en codigo morsa al oido:

- Agradezco tu lealtad y mucho mas que eso. Valoro muy mucho tu arrojo, y la nobleza que te empuja a hacer acopio de el. Te vayas o te quedes, seguire admirandote, esforzandome por mejorar a tus ojos. Cada uno de mis actos y pensamientos, no iran encaminados sino a consolidar aquella nocion que hiciste brotar en mi, el sentido del respeto propio y ajeno, y a redimirme de las veces en que haya podido mancillarla, pues se de la honradez de tu intencion, y que de su exito depende mi felicidad y prosperidad como habitante de este mundo. He dicho.

Pericles, tan conmovido como para enternecerse, y tan halagado como para envalentonarse, replico:

- Se que la travesia sera larga y tempestuosa, que ahi fuera acechan tanto mil depredadores como la mismisima onanicion, pendientes de darme descanso eterno. En vista de tu arrepentimiento, comprendo que quizas te parezca excesiva mi decision, mas comprende que es firme y ferrea. Esto implica - prosiguio entre suspiros, gruñidos, lagrimones y en inequivoca actitud de despedida -, que no va a alterarse en lo mas minimo, y que por esta misma fortaleza de mi voluntad, volvere. Todo ira bien hijo. Todo ira bien.

Te he dejado espinacas en el frigorífico de todos modos. Por si acaso.
 
 
 
 
 
 

Del sillin al botellin, y a la inversa




Esta es la historia de un colectivo de personas bastante dispares, unidas por una aficion comun: empinar el codo.
Podriamos decir que ya desde su mas tierna infancia, estos seres mostraron una profunda predisposicion hacia los liquidos fermentados y destilados. Esto explica los biberones llenos de whisky de algunx de ellxs, y es que aun no tenian las neuronas hechas papilla, y sabian buscarse la vida.
La decadencia paulatina licuo el cerebro de la mayoria de ellxs hasta reducirlo a un organo bastante justito pero suficiente. Tibercio, Juan, Sara, Adelina y Anton le daban al tequila tanto como para ser consideradxs hijxs predilectxs de Mexico. Patxi, Olegario y Rodolfo bebian mas absenta que agua y algo parecido les sucedia a Israel, Bartola, Magdaleno y Dionisio con el ron, eso si, dadas las pesimas condiciones economicas de estxs ultimxs, el ron era de garrafa, pero no debemos obviar que cualquiera de lxs previamente mencionadxs seria capaz de beberse hasta la bilis de su propia madre si se les prometiera embriaguez mediante tal agradable ingesta. Asi mismo Ataulfo, Victorina, Agripina, Romualdo y Pedro se dividian entre quienes adoraban a Baco sin piedad y quienes se pimplaban litros y litros de sangre de Cristo a diario.
Algunxs de lxs otrxs tambien poseen trayectorias nada desdeñables, que incluyen goteros de vodka, por ejemplo, pero han preferido mantener el anonimato.
Semejante abundancia de sensatez y calidad humana solo podia coincidir en un lugar. Bueno no, podrian coincidir en cualquier bar, cantina, bodega o farmacia, pero antaño fueron personas de una inteligencia notable, y como quien tuvo retuvo, decidieron darse una segunda oportunidad, y asi fue como coincidieron en alcoholicxs anonimxs.
Pronto hicieron buenas migas rememorando (no sin agotadores esfuerzos mentales) sus noches locas, porque mucho habian bebido, mas mucho mas no habian vivido.
Se dijeron que ya estaba bien de desparramar y que se buscarian un hobby que les apartase de la senda de la ictericia cronica.

Tras darle vueltas y vueltas, relacionaron las cosas en comun que todxs tenian, entre ellas la prohibicion tajante e irreversible por parte del gobierno de conducir cualquier tipo de maquina con motor.
Asi, dieron con una solucion que a todxs parecio simpatica y efectiva, pasearian en bici como las hordas idiotas de fans de Chanquete.
Con lo que se ahorraron dejando de beber dos dias pudieron comprarse una bicicleta, el casco, rodilleras, coderas, la mancha para inflar las ruedas, un chaleco reflectante para ser vislumbradxs durante la noche, el candado para atar la bici a la farola, un maillot bastante comodo, un faro que les permitiese iluminar el camino proximo en la oscuridad, zapatillas de freno de recambio y se abstuvieron de comprar la cantimplora por aquello de alejar la tentacion.
Israel, Bartola, Magdaleno y Dionisio eran algo mas pobres, pero tambien pudieron hacerse al menos con lo necesario, a saber: Bici de segunda mano y chalequito robado de guantera de un FIAT.
En fin, tampoco quisieron cantimplora, siguiendo el ejemplo de sus compañerxs mas acaudaladxs. Eso fue una estupidez, porque las personas tropiezan dos veces con la misma piedra, quien tuvo retuvo y bla, bla, bla, y asi, tras dos excursiones de contemplacion espiritual y “mens sana in corpore sano”, la tercera inicio el camino de las llamadas bici-barathones, donde recorrian desde el primero hasta el ultimo de los bares de la zona, pedaleando y pillando el pedal.
Les parecia mucho mas divertido y emocionante desplazarse haciendo eses y potando que en monotona linea recta y sudando sin objetivo.

Aquella radiante mañana de primavera sin embargo, y aunque pueda parecer mentira, no se dirigian a ningun bar, ni tienda de licores, ni nada por el estilo. Su meta no era alcanzar una barra. Su meta, (una de las poquisimas en el mundo con suficiente peso como para sacarles del bar donde estaban arrasando con el bebercio), era un supermercado local, que segun la reciente propaganda televisiva, ofrecia dos cervezas de dudosa procedencia al precio de una. Mas que suficiente. En este pais basta decir "gratis" para provocar la desbandada, y a ese conjunto de angelitxs basta decirles "cerveza" para inducirlo a la frenetica estampida desesperada.

Asi fue como se dieron las circunstancias propicias para que un peloton descontrolado de ciclistas como una cuba embistiese a gran velocidad el coche de la octogenaria Sra. Mallol, que venia del super de comprar zanahorias, provocandole un disgusto y un susto de los que aun no ha conseguido recuperarse. Tiene pesadillas recurrentes con mil caretos amarillos de ojos escarlatas pegados a cuerpos temblorosos que intentan atravesar con bicicletas su coche cuando se dirige silbando a casa por la autovía..
 
 
 

La cigarra bohemia y la hormiga del Opus





¿El invierno sería largo y frío? Era posible y muy probable. Pero el verano estaba siendo especialmente delicioso, con agradables brisas y sombras, y nítidos cielos azulados.


Nadie sabía mejor que la hormiga lo mucho que se afanaba, desperdiciando aquel clima idílico en pos de los consejos de su sentido previsor.

La cigarra en cambio era mucho mas agradecida. Sabía que sería casi un crimen menospreciar aquel agradable clima, y lo vivía con fruición, cantando, bailando, bebiendo y riendo.

La hormiga, atenazada por el sentido del deber que le habían inculcado mediante una estricta y asfixiante educación, era incapaz, pese a la profunda envidia que sentía, de relajarse y corresponder al privilegio del buen tiempo.

La cigarra cantaba y cantaba y la hormiga sudaba y sudaba acumulando papeo maquinalmente en su cueva.

Así fueron pasando las semanas y llegó el fin del buen tiempo. La cigarra, algo entristecida por saber que ya no podría disfrutar a la intemperie, no dejaba de sentirse por ello plenamente satisfecha por el tiempo vivido.

La hormiga en cambio, que blasfemaría de no ser por que le habían inyectado el catolicismo a conciencia para impedirle ciertas libertades, no estaba tan contenta, ni satisfecha, ni feliz, ni ostias.

De hecho, a causa del sobredimensionado esfuerzo, tenía los riñones hechos cisco. Había envejecido prematuramente de tanto acumular rencor al ver a la cigarra ser feliz y tenía las patas absolutamente llenas de callos que le impedían siquiera llevarse todo el fruto de su esfuerzo a la boca.

Empezó a hundirse sólo de pensar en el aciago ambiente gris que le deparaba el destino de ahora en adelante, y puede que igual hasta el punto de somatizar, pues en cuanto cayó la primera lluvia agarró un resfriado de agárrate y no te menees.

Por desgracia para ella ese fue el principio de su fin. El resfriado se acabó convirtiendo en una brutal neumonía, que a su vez acabó convirtiéndose en una brutal pulmonía que de poco no acaba con ella. Y si no lo hizo fue porque cuando ya no le quedaban más que cuatro alientos carrasposos, hubo un desprendimiento en la linde de la montaña y una roca acabó por aplastar su católico y enfermo cuerpo.



Estaba hecha un amasijo cadavérico de vísceras y sangre, cuando por ahí pasó silbando la cigarra.



En cuanto la vio, bostezó, se rascó el culo, le sisó las llaves del pisito y allí que se fue.



Tiró a la basura toda la simbología religiosa, el papeleo acumulado por la burocrática corrección, y llamó a sus colegas, cigarras o no, que se habían quedado en la calle de cara al invierno. Pronto había un buen elenco metido en casa de la difunta hormiga.



El invierno fue largo y frío, pero no para ellxs, que lo pasaron entre farras indecentes y trepidantes.











Moralejas:



1) No dejes para mañana lo que puedas hacer pasado.



2) Mata a la hormiga sólo cuando se haya abastecido lo suficiente






DESARTICULADA UNA BANDA MAFIOSA DEDICADA A LA EXTORSION CIUDADANA





Una alianza de vecinxs ha detenido y sometido a trabajos forzados en la cantera a cincuenta hombres integrantes de una organizacion nacional de caracter mafioso (conocida como policia nacional) que se dedicaba, principalmente, a la extorsion de ciudadanxs.




Segun ha informado hoy uno de lxs vecinxs que ha tomado parte en esta alianza por la liberacion, los miembros de esta organizacion - los cincuenta de nacionalidad española -imponian su control mediante la extorsion y la violencia en calles, bares, parques e incluso domicilios.



Sus integrantes empleaban metodos expeditivos para someter a la ciudadania, y eliminar la competencia de mafias rivales, con las que llegaban a tener enfrentamientos armados.



Las reuniones para conformar la alianza de vecinxs contra la banda mafiosa, se iniciaron en diciembre del pasado año, cuando algunos de sus integrantes empezaron a agredir incluso a infantes cuya edad no alcanzaba siquiera la tierna decada.



Los responsables de este grupo mafioso, que estaba "perfectamente estructurado y jerarquizado", exigian a lxs vecinxs un "sometimiento pleno" a las normas mediante amenazas, coacciones, palizas, encierros y multas, explica unx de lxs componentes del frente de liberacion vecinal.



Estos mismos procedimientos los empleaban tanto con propietarios de locales, como con drogadictxs, inmigrantes, carterxs, obrerxs de la construccion, chavalxs de instituto, en definitiva, con todo el que se moviera.



La captacion de integrantes para la banda, se hacia en barrios pobres y en zonas de muy baja escolarizacion, mediante la promesa de un sueldo fijo, y de un puesto de "responsabilidad".

Posteriormente les exigian obediencia ciega y cumplimiento imperativo de las normas de la banda, y les proporcionaban instruccion en el manejo de armas y tecnicas de defensa y ataque similares a las usadas en "practicas de guerrilla".



Ademas de extorsionar a la ciudadania, tambien se dedicaban al trafico de sustancias estupefacientes.



La principal actuacion se llevo a cabo en el barrio de las palomas, donde se procedio a asaltar el refugio de la banda, tambien conocido como "comisaría".



En los registros se encontraron gran cantidad de pistolas, cartuchos, chalecos antibalas, microcamaras, equipos de transimision, grilletes, ganzuas, todo tipo de instrumentos de tortura y una infinidad de drogas.



Esta operacion, que se presume abierta pues ha servido para espolear a lxs vecinxs de las zonas colindantes, victimas de abusos similares por otras ramas activas de la misma organizacion mafiosa, se completo con el requisamiento de los coches que empleaba la banda para bailar el cha-cha-cha sobre ellos (foto).



Los integrantes de la banda estan acusados de delitos de extorsion, coacciones, abuso de poder, amenazas, detencion ilegal, narcotrafico y un largo etcetera.

Han sido desterrados del barrio y trasladados a la cantera de granito comarcal, donde pasaran el resto de sus dias picando piedra.



Numerosos colectivos han felicitado a la alianza por el exito de su accion y han prometido perpetuar su iniciativa con el fin de disolver la banda por completo de una vez por todas.
 
 
 

Suko de nabo


                                                                              






Hartxs de vivir una vida vacía. Hart=s de vivir cada puto día.




Harto de vivir así o no ser más que escoria.


Hartas de sufrir una derrota tras otra.


Prefiero ser tratado como mierda antes de morir sin haber vengado esta locura SIN SENTIDO.


El rencor y el asco se convierten en un arma. Y la frustración en una forma de vida.


Te arrastras apestando todo a tu alrededor, odias a esxs androides que te miran con desprecio.


Lo único que importa ahora es poder vivir sin que seque tu cerebro el hedor de esta basura.








Resines en "Acción Mutante".


                                               

"La sociedad nos trato como mierda, ¡y ahora le vamos a dar por el culo!. El mundo esta dominado por niños bonitos y por hijos de papa.



Dios, basta ya de mierdas light. ¡Basta ya de colonias, de anuncios de coches, de aguas minerales!


¡No queremos oler bien, no queremos adelgazar!


Solo quedamos nosotros amigos mios, todo el mundo es tonto o moderno.


Somos mutantes, no pijos de playa ni maricones diseño.


Y ahora vamos a enseñar a esos mierdas lo que es terrorismo..."


















Duro con ellxs. Maldit=s imbeciles repipis.





Para quien hicieron la carcel, si el rico nunca entra, y el pobre nunca sale




Era Marina una mujer nacida en una reputada saga familiar, de distinguida alcurnia y estilo de vida acomodado y placentero.

Solia despilfarrar sin demasiado remordimiento el dinero que su padre el banquero venia amasando mediante sucias tretas y a costa del pueblo llano.
Pocas cosas le satisfacian mas que coger la tarjeta e ir por ahi a dilapidar la fortuna en placeres inanes y objetos futiles. No tenia limites su poder adquisitivo, pero al final esto se torno contra ella.
Tener todo cuanto deseaba al momento hizo que perdiera el gusto por desear las cosas, asi que empezo a volverse una chica mala.

Empezo a disfrutar hurtando y sisando, le encantaba disparar su adrenalina burlando la seguridad de cualquier establecimiento, de alto standing o no.
Por desgracia, y pese a haber acudido a los centros educativos de mayor prestigio internacional, lo cierto es que seguia siendo bastante gilipollas. Lo selecto de su carrera academica contrastaba con lo escaso de sus aptitudes, y esto no hizo sino empeorar sus lamentables tendencias cleptomanas.
Mezclar la ignorancia con la cleptomania mas gratuita, solo podia acabar mal.

Asi fue como una vez, se encandilo ante un diamante que habian expuesto muy apeteciblemente a su alcance.
Empezaba a sentir aquella necesidad acuciante de chorizar, miro a un lado y a otro, alargo la mano y no pudo volver a guardarla porque habia sido interceptada por el maton uniformado de turno.
Ella, desesperada, menciono su apellido, cosa que no la hacia sino mas culpable, puesto que todxs sabian que de haber querido habria podido comprar varias joyas como esa, maxime cuando esa era falsa, de ahi que estuviera expuesta tan su disposicion.

Bueno, se armo el revuelo, llego a oidos de su familia, y aunque intentaron llegar a solucionarlo mediante una compensacion economica in situ, alguien, indignado por la asquerosa actitud de Marina, lo denuncio todo.





Era Maria una mujer de "clase baja", madre de cinco criaturas y viuda desde hacia dos años. El gobierno nunca se mostro demasiado sensible para con ella, y tras innumerables gestiones burocraticas, concediole una humillante paga mensual de unos 300 euros.

Dos de sus hijxs estaban enfermos, y otrxs dos no estaban, ni de lejos, en edad de trabajar.
El futuro se adivinaba bastante aciago, hasta que un dia la suerte parecio sonreirle. Volviendo de la cola del INEM atraveso una de las calles de su barrio periferico, y pudo observar con sus ojos un alunizaje en toda regla sobre una joyeria de ubicacion bastante insensata. Vio a los bandidos huir, y aunque en principio penso en intervenir, acabo convenciendose de que bastantes problemas tenia ella ya, sin saber que comeria mañana.

Pese a todo, una reflexion le llevo a la otra, y casi mecanicamente su brazo agarro un pedrusco brillante a traves de los cristales rotos.
A los que habian practicado el agujero no se les vio mas, a ella la prendieron doscientos metros mas arriba, gracias a la acusacion de un vecino con bigote, avido de una medallita "a la labor social" (y la posible retribucion economica que creia le reportaria la misma).
Al juzgado que se fue, presa del panico mas profundo al pensar en el devenir que esperaria a sus retoños si la privaban a ella de libertad.



Casualmente Marina y Maria fueron "entrevistadas" por el mismo juez demente. Marina apelo al poder que detentaba y fue sometida a terapia de rehabilitacion, a la vez que su padre invitaba al juez a pasar unos dias en Tahiti a su costa.

Maria apelo a la delicadisima situacion a que se verian sometidxs sus vastagxs, suplico clemencia de rodillas y aun asi no consiguio empatia alguna. Fue condenada a quince años de prision (por el valor del pedrusco) y sus hijxs menores acabaron en reformatorios.

Se conoce que dos de ellxs acabaron muertxs por la droga.









Dime que opinas, Freud de poca monta



Hubo un tiempo en que tu y yo corriamos semidesnudxs por la casa, la calle, el jardin y la playa.


Eran buenos tiempos aquellos. Recuerdo el intenso colorido con que TODO se mostraba ante nuestras pupilas fascinadas, la abrumadora magnitud que otorgábamos a la más insignificante de las cosas.

Nisiquiera nos percatábamos de la mierda que nos estaban preparando, porque confiábamos en ellxs.

Recuerdo perseguir mariposas y observar la procesión de hormigas, hacíamos pompas de jabón y prestábamos las cosas a nuestrxs amiguitxs. Incluso lxs besábamos desde la sinceridad.

A nuestro alrededor la magia confería sentido a cosas que no deseábamos que fuesen tangibles. Entonces tú y yo nos susurrábamos cosas al oído sin temor a represalias, y rompíamos objetos con una sonrisa en la boca. Pintábamos las paredes, y nos tirábamos rodando por cualquier cuesta.

Volábamos cometas que se nos escapaban de las manos por falta de fuerza, y aunque a veces lloráramos, lo hacíamos casi sin motivo.

Cuanto sucedía formaba parte de las maravillas de un mundo pensado para el deleite de los sentidos, y el cartero nos sonreía y traía cartas del lejano Japón o de galaxias mucho más distantes.

Coloreábamos libros bajo la atenta mirada de alguien dispuestx a enseñarnos los recovecos más reconditos del complejo proceder de la vida.

Pero luego, muy lentamente (de un día para otro), todo fue quedando atrás y súbitamente la desolación del nuevo panorama inculcado a ostias en nuestra consciencia, ya nos había embargado.

Para cuando quisimos darnos cuenta, ya habían adulterado nuestro recién adquirido uso de razón, y el funcionamiento de nuestra especie cayo como un mazazo sobre nuestras expectativas y nuestras ilusiones.

Toda la magia tornose competitividad. El cartero paso a ser ese imbécil que golpea a su mujer, y el lejano Japón un lugar lleno de explotadores y cuna de una era tecnológica que devora el globo.

Los colores se pagan o apagan, y las magnitudes nos recuerdan el brutal desequilibrio que hay entre algunxs de nosotrxs, por cuestiones tan estúpidas como un simple apellido.

La imaginación se vio obligada a prostituirse, a dejar atrás la esencia creativa capaz de formar mil sonrisas distorsionando el mundo, para adaptarse a una necesidad imperiosa de sobrevivir sin ser aplastadx, para agudizarse por petición expresa de un estómago que aún reniega del triste giro argumental de la vida.

Solíamos corretear y ahora corremos delante de policías.

Solíamos vivir para los días soleados, y ahora de ti y de mí han hecho dos almas en pena, ajenas al tiempo y pendientes del puto horario

Ya sólo nos divierte putear al prójimo, así como el prójimo nos putea a nosotrxs, directa o indirectamente.

Y cuando cerramos los ojos y pretendemos disfrutar de lo que antaño fue una vida plena, nos asquea tanto abrirlos que por no querer morir, sólo quisiéramos matar.
Y eso es lo que vamos a hacer.

Esa perspectiva aún nos hace tener ganas de pisar fuerte, aún nos esboza una media sonrisa demencial que nos hace soñar con mundos mejores.
Porque me temo que si persistes en defender el mundo creado desde esquemas y ecuaciones que promueven el egoísmo material, acabarás siendo maquinaria.

Mejor ven con nosotrxs, olvida la estúpida rutina de tu paso por un mundo planeado por locxs crueles y avariciosxs, y ayúdanos a sembrar el caos a nuestro paso.
Asi volveremos a sonreír, rompiendo objetos, pintando paredes y corriendo semidesnudxs, como ya hiciéramos entre carcajadas una vez, no hace tanto como nos quieren hacer creer.
El mundo sigue a nuestra merced.



Crónicas de un chofer paciente hasta cierto punto


Digamos que me resultaba indiferente llevar dos días sin probar bocado alguno. Me resultaba indiferente sufrir una resaca del quince, con jaqueca lacerante incluida.


No me importó que la palanca de cambios se atascase cada dos por tres, ni llevar perforado uno de los neumáticos traseros.

Tampoco haber olvidado las gafas y las lentillas.

Soy un hombre responsable y constante en mi compromiso con el deber.

Incluso llevando como llevaba un suicida amenazando con detonar allí mismo su chaleco de barrenos si no le conducia ipso facto al parlamento.

Si es que da igual, tengo nervios de acero.

Había dos avispas merodeando alrededor de mis ojos y alguien no paraba de tirarse cuescos despiadadamente. De los fétidos además, nada de medias tintas, estaba evaporando allí mismo su intestino para castigo de mis fosas nasales.

¿Creéis que eso me alteraba en lo más mínimo? Nada más lejos, yo seguía resistiendo estoicamente, por encima de toda adversidad.

Ni siquiera otear cuatro controles policiales en la lejania del horizonte perturbó en modo alguno la firmeza de mi voluntad.

Había un niño que no cesaba de dar por culo, venga a meterse conmigo, a lloriquear, a berrear exigiendo que apareciera un helado alli mismo, a intentar meterme el dedo en el ojo, y demás lindezas propias de un cabronazo de medio metro.

Había también un demente senil que insistia en que frenase cada cinco metros por temor a atropellar las "orugas multicolores del sagrado corazon" que solo el veía.

Y por supuesto, si hace falta llenar la furgoneta de gente hasta que reviente, por cumplir con cuantos ciudadanos lo requieran, ahí estoy yo, no hay problema.

Esta bien, cuando me marco un objetivo, nada me desvía.

Bueno, nada.. nada... tampoco.

Digamos (otra vez) que estoy por encima del hambre, las resacas, las jaquecas, los errores mecanicos, la miopía crónica, los suicidas dispuestos a inmolarse, de las avispas, las pestilentes flatulencias, los controles policiales, los niños impertinentes, los ancianos dementes y sus orugas multicolores del sagrado corazón e incluso por encima de la masa humana y su sobrepeso en mi vehículo.

Pero cuando metiste el puto casette diabólico ese del David Civera, provocando la desbandada general y los espamos en mi cerebro, ahi si que nos fuimos todos a tomar por culo sin más.

Que fusilen a ese imbécil, o que no den ni un solo carnet de conducir mas. Aún tengo pesadillas, y aún me visitan las almas rencorosas de los muertos del percance.

Joder, que visiten al puto Civera.


jueves, 21 de enero de 2010

A su abuela yo escupí




Como siempre, Don Pepito y Don Jose, hallabanse sumidos en su vida de parados, debatiendose sobre como malgastar el dia.


Y como siempre, acabaron delinquiendo con tanta elegancia como requiere el glamour de sus atuendos.

- ¿Que, Pepe, nos pillamos algo pa papear?

- Claro tio, aunque pasemonos antes pol bar, que me quedao sin tabaco ya.

- Cojones, si hace dos horas que pillaste el paquete...

- No me toques los güebos...

Dicho y hecho, encaminaronse al bar mas proximo, y con sigilo y naturalidad introdujeron una monedita de diez centimos en la maquina (y da gracias), y acto seguido montaron el pollo. La cosa estaba clara, la maquina se habia apoderado de la pasta sin ofrecer servicio alguno, asi que extremadamente ofendidos y con algo de violencia reclamaron al dueño el tabaco o el dinero.

Se fueron fumando dos cigarros cada uno, pero pronto se hartaron de caminar.

-Jose, busca una Renault Express va tio, que el super esta a cinco manzanas, maldita sea.

- Bueno, a ver si vemos alguna, pero vamos haciendo camino, gandul de los cojones.

Al cabo de un par de manzanas de paseo atento, dieron con la furgoneta que necesitaban. Abrieron la ventana corrediza de detras, y entraron descaradamente para poder abrir asi el capo.

Hurgaron en el motor y extrajeron la varilla del aceite.

-Bueno Jose, ya solo nos falta el FIAT.

No fue sino hasta haber caminado otras dos manzanas cuando dieron con uno de esos coches italianos, modelo relativamente antiguo. En realidad estaban ya a sola una manzana del super en cuestion, pero no iban a desistir ahora de llevarse el vehiculo con todas las molestias que se habian tomado. Asi que introdujeron la varilla del aceite en la puerta, luego en el contacto, y lo condujeron alegremente hasta la puerta del supermercado.

-Estos coches cada dia son mas incomodos, me niego a volver en esa mierda trasto hasta casa Pepe.

-Tio, notarias un guisante bajo veinte colchones. Esta bien, luego nos apañamos otro, pero antes, a por papeo, va,

Por suerte encontraron unos auriculares en la guantera del coche, que les sirvieron como proteccion extra para atravesar los chivatos delectronicos del super. Como todo el mundo sabe, si al atravesarlos con auriculares, estos emiten un desagradable chirrido, es que las maquinitas estan encendidas, de lo contrario, estan solo de adorno para disuadir. ¡Aunque a Don Pepito y Don Jose no les disuade ni la puta perra!

Estaban encendidas, pero en fin, ni se molestaron en armar jaleo uno mientras el otro huia con los bolsillos llenos. Se habian traido su bolsita con aluminio, bolsita que impedia el campo electromagnetico de los chivatos electronicos, y a la que tanto aprecio tenian.

Se llevaron unas navajas chilenas y un queso de bola, y amenizaron el trayecto trincandose una botella de vino que quedo abandonada por algun estante y sacando las monedas de los carros a la deriva con su clasico cutter y su legendaria pericia.

-Sinceramente tronco, no se pa que ostias nos molestamos en vernderle el spiz ese mal cortao a lxs tontxs de las raves...

Salieron del puto antro (pagando una litrona por pura cortesia), silbando melodias populares de ayer y hoy bajo la atenta mirada del perro con porra de turno, que como siempre, se tuvo que joder.

Condujeron entre el trafico, hasta que dieron con un coche del gusto de ambos, uno de gama alta donde comer y echar la siesta en condiciones.

Le siguieron pacientemente, y en cuanto se vieron un poco a solas... le dieron el golpecito tonto. Ya se sabe como son los ricos, bajo inmediatamente hecho una furia para comprobar hasta que punto era tragica la macula en la pintura y hacer los correspondientes papeles, pero no pudo siquiera articular palabra, porque Pepe ya estaba pateandole la mandibula sin piedad y Jose ajustandose el lujoso cinturon.

Se llevaron el coche al campo un rato, comieron, bebieron, durmieron, y volvieron a la ciudad. En realidad habia casi anochecido, porque cuando Don Pepito y Don Jose duermen, duermen de verdad.

Volvieron a la letrina de asfalto y pasaron el rato jodiendo a la gente. Que si cantandole cumpleaños feliz Pepe a cualquier desconocido mientras Jose le sisaba la cartera, que si cagando entre los edificios, que si silbando persistentemente a 30 cm. de las parejitas solo por incomodar, el tipo de cosas que entretiene a cualquiera con sensibilidad y gusto exquisito.

Habian echado el dia, asi que se fueron a un pub, pidieron a cuenta de uno de los alli presentes al que convencieron con su persuasion y extroversion habituales, y ahora si, con la mecha ya encendida, se fueron a SU bar.

Donde habia uno de los pocos taberneros tan cabronazo como para ser respetado e, INCLUSO, remunerado por sus servicios.

Una noche mas, Don Pepito y Don jose mezclaron licores en sus estomagos hasta perder el conocimiento, y un dia mas, se despertaron hambrientos y sin tabaco. Hoy practicarian algun timo con lxs guiris, hacia buen tiempo pese a todo.