domingo, 10 de agosto de 2014

Rimas purulentas


Oh rostro de mi amado, al que tanto amor profeso,
ayer pase por tu lado, y ahogando un grito de espanto,
luchando contra el desmayo, berreé, que coño es eso??

La inmundicia atentaba contra tu faz, de un modo soez y abrupto,
no hubiera sido capaz, de mirarte sin rechistar,
de consentirlo un solo segundo.

Rauda me lancé presta a la guerra,  esa horrible pústula hallaría batalla,
y manoseándote el careto, con precisión y esmero,
saque lo mejor de ti, lo poco bueno que llevas dentro,
para deleite de los presentes,
como obsequio a sus recuerdos.

Sé que el episodio causó estragos,
sé que quien lo presenció, paso un mal rato,
no es fácil hacer la digestión,
contigo salpicando toda la sección,
de grumos e infección,
 apenas un instante después de haber desayunado.

Poca importancia concedo al qué dirá la gente,
poco me afectaran sus palabras de rechazo,
no pienso dar a torcer mi brazo,
cada vez que vea un bulto de mierda en tu frente,
lo explotare sin avisar a los presentes,
si se tercia, incluso a bocados.

Y si es cierto que hay quien te llama carapolla,
espero no darle la razón,
aunque sea cierto que como respuesta a cualquier mirada,
tus cojones sean tu corbata,
y que hayamos visto esta trágica jornada,
tu careto eyaculando de un modo salvaje,
del modo más atroz.

Sentamos un nefasto precedente, que ya siempre nos acompañará,
sueño con ríos de pus, con montañas infectadas,
sueño que tu cara es una paella, en la que cada uno de sus granos,
explota gracias a mis manos,
chorrea como un volcán.

Así se afianzan mis sentimientos, se forjan vínculos estrechos,
lazos irrompibles que nunca titubearan,
pues cuando  la inmundicia inunde tu gepeto,
no temas, estoy al acecho,
yo misma la hare saltar.

Y si hoy me dejo llevar por el verso,
para elogiar tan bello episodio,
es porque fue una explosión de amor sincero,
que estos son hechos reales,
y debe saberlos el mundo entero,
amaos, quereos, llenadlo todo de puta pus,
relegando así todo odio, amando así todo sebo.