martes, 15 de junio de 2010

La hipocresía del "Cristianismo". (por Gomita)



  Una vez yo también creí que la “salvación” vendría del cielo, y me evitaría una eternidad quemandome en lagos de azufre, con otras miles de “almas pecadoras”. ¿Por qué creí eso? ¿por qué ahora no lo creo? Quizás lo creí porque mis padres me lo dijeron. También me aseguraron que existía un señor de barba blanca y traje rojo, que si me portaba bien, como recompenza, a final de cada año, me premiaría con un regalo. También recuerdo una historia similar, en la que 3 señores llegaban en sus camellos a dejarme obsequios en mis zapatitos, con sólo dejarles algo de pasto y agua. También me afirmaron, durante los primeros años de mi vida, que cuando cayera de mi boca un diente de leche, con solo ponerlo bajo mi almohada, un amigable ratoncito lo tomaría y en su lugar me dejaría dinero. Y así quien sabe cuantas mas...lo importante de estas historias, son dos cosas. La primera, la mentira. Base de toda “fé” ciega e infundada. Con el dolor y la desilusión que adviene luego, cuando la verdad toma otra forma frente a tus ojos. Lo que sucede, te explican luego, es que dejaste de “creer”, “perdiste la inocencia”. ¿Abrir los ojos es perder la inocencia? ¿Cuestionar algo que no podemos tomar como verdad absoluta, es dejar de creer? Pues vale, entonces es preferible dejar de creer, que ser “inocente” toda la vida, ¿no os parece?. Y la segunda, y tal vez la mas profunda (por si mentirle a un niño, no fuera suficiente). El interez en algo material. Buscar regular el comportamiento de una persona, que recién está dando sus primeros pasos en este suelo potable en conocimientos y nuevas experiencias, a través del interez en un premio, en un regalo o una recompenza. Inculcar en la psiquis del niño, que debe “ser bueno” para que alguien que no conoce, lo premie! Debe obedecer a sus padres, hacer sus tareas, no hacer daño a sus iguales, para recibir un premio material. El resultado de esta “enseñanza” tan nociva, de los padres a sus hijos, es que los niños crecen “creyendo” que “el bien”, es aquello que debes hacer a la espera de una recompenza. Y no de cualquier recompenza, sino de un objeto material. ¿El niño tiene la culpa? Claro que no! La vida de un niño, es como un tobogan,los padres tienen el poder para colocarlos en la cima de diferentes toboganes, y una vez que eligen, al niño solo le queda la opcion de caer y caer, porque aunque traten de frenarse agarrandose de los bordes, aún no tienen la “fuerza” para lograr semejante proeza. Recién cuando alcanzas determinada edad, y consigues esa “fuerza”, puedes frenarte y preguntarte, ¿éste es el tobogan por el que me quiero deslizar el resto de mi vida? No, éste lo han elegido mis padres, yo quería ir por aquel...pero cuanto he bajado ya, ¿cómo hago para retroceder, si es tan escarpada la pendiente? Tendré que seguir...no tengo otra alternativa que seguir “descendiendo”...y tan divertido que parecía “ascender”...elevarse hasta aquello azul que brilla en lo alto...allí donde está “Dios”...Un momento, si “Dios” es mi padre, por qué está allí arriba? Por qué no está aquí conmigo? ¿Por qué si Él está “alli arriba”, yo voy hacia “allá abajo”? Papás, ¿por qué han elegido éste tobogan?
  Estos tres tipos clasicos de mentira, en la cultura occidental, son solo a modo de ejemplo. No podría asegurar que tengan el peso suficiente en la vida de una persona, como para determinar la elección de un camino a seguir por parte de ésta. Pero desgraciadamente, para esta persona, su vida estará cargada de estas “mentiras blancas” o “inocentes”. Simpre pensadas, para dominar su “conducta”, su forma de pensar, de sentir, de ver al mundo, a las otras personas, a si mismo...van perdiendo inocencia estas “mentiritas”, no? Y quizás una pregunta aún mas interezante se podrían hacer a esta altura (los perspicaces no necesitan hacer esta pregunta, pero aún así la haré y la responderé).
 ¿Cómo se puede relacionar lo anteriormente expresado, con el cristianismo? Pues aquí va el sentido de éste texto.
 La mayoría de las culturas, para ser tal, necesitan pautar reglas de conducta (o “valores morales”), para poder controlar el accionar de quienes sean parte de ella. Éstas “reglas, valores o normas”, son ni mas ni menos, que aquellos estandares “universales”, que determinan aquello que es “bueno”, y aquello que es “malo”. Obviamente, las acciones enmarcadas dentro de lo conocido como “bueno”, es aquello que los creadores de aquellas normas, han decidido que es lo “correcto”, lo que “está bien”. Todo lo demás, será repudiado, considerado como “malo”, y naturalmente, será castigado. Estas normas, suelen estar impuestas por Instituciones, las cuales tambien se encargan de castigar lo “malo” como de “premiar lo bueno”. Una de las instituciones sociales mas antiguas, sin duda es la Religion.
   En cualquier sociedad humana, siempre se ha buscado una figura superior a la cual “alabar”. A la cual dar gracias por las “recompenzas” que han recibido (antes solían ser alimentos, y todo aquello que haga posible la supervivencia, ahora se “agradece” y se pide, todo aquello que haga posible la ostentacion y la opulencia frívola), y de la cual renegar cuando los castigos caen sobre vuestras cabezas, sentenciando a aquella deidad, que era tan generosa y buena en tiempos de bonanza, y tan cruel y vengativa en tiempos de miseria. Aquel mismo “dios”, puede ser angel y demonio, verdugo o “compasivo padre amoroso”. Pues os diré algo vulgo crédulo, estaís hablando del mismo ser, de la misma creación.
 Éste “ser superior” a tomado numerosas formas, e igual cantidad de nombres, incluso ha cambiado su polaridad. Pero siempre ha estado. Preguntar qué fué primero, si “dios” o el hombre, es tan burdo como preguntar, qué fué primero, si el huevo o la gallina. Porque unos podrían decir, “si el hombre creó a dios, es natural que el hombre haya sido primero”, pero los creyentes responderán con total vehemencia, “Dios es nuestro creador, el ha sido primero”, eso marca su “fé”, y como combatir la “fé” de un hombre? No es posible tal proeza. Allí es dónde nace la Religión. ¿Y qué plantea la religión? Si no podemos acabar con su “fé”, pues manipulemosla a nuestro favor. ¿Cómo? Muy simple...hagamosles crrer que somos el nexo entre su “deidad”, entre su “ser superior”, y ellos. Que sus “designios” nos han sido “revelados”, y si hacen lo que nosotros les “profesamos”, estarán en paz, y entrarán en la gracia del “señor”.
  Un engaño de tal magnitud, obviamente no podría haber sido urdido por un grupo de ineptos. Hay que darles el crédito que se merecen. Han detallado un plan que ha mantenido vigencia por miles de años. Cientos de generaciones han seguido sus reglas, sin cuestionarlas, simplemente agachando la cabeza, cerrando los ojos, y dejandose guiar por “La Palabra”. Y los que lo han hecho (cuestionar a la religión), han sido suprimidos de la manera mas violenta por los lideres religiosos. 
 Poco  a poco, la Religión, se ha transformado en la Institución social mas relevante de cada sociedad. Porque a pesar de que no todos estaban de acuerdo con sus reglas, todos le temían. Ya que ellos eran el nexo entre lo “divino” y lo terreno, además del poder creciente que ostentaban.
  La religión que enmarca perfectamente en éste estereotipo, ademas de algunas mas (pero de menor  peso), es la Religión Cristiana. Oh! ¿Quién podría negarlo? ¿No es acaso, la Reina tiranica en éste Imperio del mal, en este imperio de la Mentira, del engaño?. Quizás no sea la madre de todas las mentiras, pero sin duda es su heredera, y su mas fiel defensora. Quien eleva su bandera de falsa verdad, hasta el “reino de los cielos”. Y lo mas indignante, y al mismo tiempo, lo mas maravilloso, es la forma totalmente evidente con que se llevan a cabo sus engaños. Y algo que no tiene nada de maravilloso, y todo de indignante, es la forma en que elevan como su estandarte, a una figura de lo mas puro que ha albergado nuestro mundo moderno. Claro que me refiero a Jesús, o Cirsto (el ungido). Aquel que predicaba con su accionar. Que no “descendió” a la tierra, para dejarnos reglas arbitrarias, para que los que las sigan puedan ingresar al “reino de los cielos”, ni mucho menos, de como evitar el “infierno”. Jesús dedicó su vida terrenal, para mostrarnos que un hombre puede vivir a conciencia, actuar correctamente, ayudar a los demás, por el solo hecho de que lo necesiten, no de que nos ofrescan una recompenza, nos mostró que la mayor recompenza, es hallar la paz, no la gratitud de los demas. Y algo fundamental, algo de lo que la Iglesia nunca ha hablado, y que para entender a Jesús, es vital. Trató de hacernos abrir los ojos, y tomar noción de nuestra propia divinidad,  de la “chispa divina” que llevamos dentro. Sus enseñanzas se basaban, en que el afamado “reino de los cielos”, está en NOSOTROS, en nuestro interior. Y la unica forma de llegar a el, es siendo conciente de ello. De que no hay que buscar fuera de nuestro “SER”, ni en objetos materiales, ni en promesas vacías. Claramente Jesús quiso hacer algo que iba totalmente en contra de los “Dogmas” de la Iglesia, de la Fé o de cualquier cosa establecida por éste antiguo Imperio del Engaño. ¿Y qué sucedió? Jesús se convirtió en un “rebelde”, en un “falso Mesías”. ¿Y que se hacía con ese tipo de “Herejes”? Acallarlos, o matarlos en terminos mas realistas. 
 Jesús trató de traer un poco de amor, de justicia y de conciencia, en el seno de una puja entre Judíos y Romanos. Los unos lo llamaron “falso mesías”, creyendo imposible que una persona humilde, pudiera ser el hijo de Dios, y mucho menos, el Rey de los Judíos. Y los otros, lo persiguieron por ir en contra de sus creencias Politeistas, y de creer que podría alterar el orden social. Todo ello culminó con uno de los crimenes mas atroces que tuviera lugar en la historia humana. La tortura inhumana, la humillacion pública, la difamación, y todo por aquello que el pobre portador de la “buena ventura” tuvo que sufrir, llevó a la ya conocida, crucificción. Allí es donde comenzo el “Cristianismo”, dónde murió el único Cristiano, Jesús. Y aquí comienza lo mas aberrante, la mentira mas repugnante de la historia. La “mala ventura”. Diciendo ser aquellos que portan “la palabra” de Dios, y que son los seguidores de Jesús, el “hijo de Dios” según ellos, han cometido las mayores atrocidades contra la humanidad. Desde matanzas sanguinarias, hasta el deseo de Afixiar a la cultura. Eliminar del camino todo aquello que vaya en contra de sus “creencias”. Con un puñado de promesas vacias, de reglas contradictorias, y de la primer forma de Terrorismo conocida por el hombre, los Líderes cristianos, han levantado un Imperio del engaño propio. Ganando adeptos por doquier, como nunca se ha visto. Regando la tierra con la sangre de sus propios “fieles”, en su intento por eliminar cualquier oposición a sus ambiciones de Poder, de Dominación y de Riquezas, sobre todo.
  Cuando uno se pone a analizar el nombre de esta naciente Religión, es muy dificil no sentirse enfermo, indignado, y con ganas de decir, ¿quien va a creerles?. Para algunos resulta una obviedad, una brecha infranqueable entre las enseñanzas de Jesús, y las demagogicas doctrinas Eclesiasticas. Tomaron algo puro, hermoso y divino, como la figura de Jesús, y transformaron sus palabras, en “Dogmas”, en “valores inmorales”. Desvirtuaron aquellos conceptos maravillosos expresados por El maestro, y crearon nuevas y brutales concepciones acerca de cómo vivir, en qué creer, cómo ver al mundo, y sobre todo, cómo ver a los demás. Y aquí aparece una atrocidad del Cristianismo, la forma de ver a los “no creyentes”, y la manera vehemente de enferntar a sus “creyentes” contra aquellos que no tenían la misma “FÉ”. Pasarón radicalmente del Amor hacia nuestros iguales, hacia nuestros “hermanos” profesado por Jesús, al horror de la compasión hacia nuestro “projimo” (prójimo cristiano naturalmente) y el odio despiadado hacia aquellos que tengan una visión diferente sobre Religión, sobre la vida, sobre Dios. Esto, sumado a la ambición de Poder y de acumular Riquezas, ha llevado a cientos de sangrientas batallas, de Cristianos contra No-cristianos. Todo esto lleva a la reflexión, de la Hipocresia de estos “líderes espirituales”, hablando de un “dios todopoderoso, compasivo y fuente infinita de amor”, sacrifican las almas “impuras” de otros seres humanos, por solo tener una visión diferente, o por interponerse en sus “cruzadas” codiciosas. Esas ansias de Imponer al mundo religioso su “fé” como la verdadera y la unica, sin mostrar respeto alguno hacia otras creencias aún mas antiguas. Tratando de destruir culturas enteras, ocupandose de quemar aquellos libros que pecaran de “herejia”, es decir, que contengan conceptos opuestos a los “dogmaticos”. Y uno se pregunta ahora, ¿cómo puede subsistir un movimiento tan destructivo, que profana lo ya existente, vistiendose de Juez y Verdugo, creyendo tener “la verdad”, y ahogando en la ignorancia y el primitivismo a su “rebaño”? Pues bien, ¿cómo creis vosotros? Con mas mentiras!!! Por supuesto. Y estas, quizás, sean las peores. Las mas sucias y vanas. Y las mas increibles, pero aún así, las mas radicales para entender el “por qué” de la supervivencia de esta Religion del Odio.
   Primero que nada, como toda Institucion, aparte de imponer reglas, requiere de algun metodo para que estas reglas sean obedecidas. ¿Cúal es el que utiliza esta nefasta religion? El temor, el miedo. Los precursores de esta pútrida religion, se han encargado, no solo de  mantener ciegos a sus seguidores, sino también de asegurarse de que eso no cambie, a través del temor. Han utilizado personajes o situaciones ya existentes, como Dios, la felicidad, la vida o la muerte, y les han dado nuevos significados. A dios, lo han dividido entre el “padre compasivo”, en el cual radica todo lo bueno que existe en el mundo, y al cual hay que alabar sin cuestionamientos; y la otra parte, del mismo Dios, lo han llamado Satanas, quien es pura maldad, y representa todos aquellos valores contrapuestos a lo bueno, lo “santo”, lo puro y lo “cristiano”. ¿A que lleva esto?, a que el vulgo deba amar al “dios bueno”, y odiar al “dios malo”, mas conocido como satanas. Esto no parece tener ninguna complicacion, ahora bien, estas nuevas creaciones del cristianismo, han tomado un papel preponderante en la vida de los “creyentes”. La religion cristiana, sostiene férreamente, que para estar en la gracia del “dios bueno”, hay que seguir milimetricamente los Dogmas eclesiasticos. Con ello, y naturalmente, rindiendole culto a este “dios bueno”, y rechazando cualquier necesidad fisiologica puramente humana, podrán acceder a una vida llena de felicidad en el “mas allá”. Es decir, como premio o recomepenza a una vida completamente desdicahada, viviendo en las sombras y conformandose con sobras de felicidad, y alejandose infinitamente de la verdad, de la felicidad y del estado de Conciencia (que es necesario para evolucionar como Ser de luz), les aseguraban un lugar en el “reino de los cielos”, en el “paraíso”. Es decir, rechazar el “mas acá”, o la felicidad en esta vida, con la promesa vacia de una felicidad infinita en el “mas allá”. Y el complemento de esta promesa vana de recompenza, se encuentra por supuesto, el castigo a quien no cumpla con las reglas impuestas. Aquel castigo, tampoco sería en ésta vida, sino, en la “proxima vida”, en la vida despues de la muerte. Y si el premio era pasar la eternidad al lado del “dios bueno”, en el “reino de los cielos”, obviamente, el castigo sería pasar la eternidad junto al “dios malo” (Satanás), y en el Infierno, donde en contraposicion con la dicha infinita, aquí sufrirían un dolor infinito, donde sus almas se quemarían en los furiosos fuegos del Averno. Profetizaban ríos de azufre, donde sus almas flotarían por la eternidad, y muchos otras desventuras innombrables. Al parecer, lo que buscaban era controlar la conducta de sus fieles, y llevarlos por el “buen camino”, evitando que cometan “pecados”. Pero claro que ese no fué su propósito. A los responsables de “juzgar” las acciones de los hombres, no les importaba que éstos cometan pecados, pero sí que se arrepientan y sientan “culpa”. La CULPA, cuan trascendente es éste concepto para los cristianos. La autoreprimenda, la “autoflagelación”. El hecho de saber que algo “está mal”, no lleva a los fieles a no hacerlo, sino a hacerlo, y luego “arrepentirse”. Ese arrepentimiento, debe materializarse en algo que han llamado, “Confesión”. Ésta consiste, en que el pecador debe contarle (o confesarle) sus pecados a un “enviado de dios”, o Sacerdote, el cual tomará de forma activa, el papel de Juez y Verdugo (antes mencionado). Escuchará atentamente los actos aborrecibles del “hombre pecador”, y le dará una “penitencia”, con lo cual conseguirá el “perdón de dios”, y estará en paz. Creo que no hace falta aclarar, que estos nefastos personajes, autodenominados Sacerdotes, Padres, Pastores o Curas, no son mas que personas, hombres que han dedicado su vida a impartir castigos a aquellos pobres ingenuos que confían en que ello les asegurará un lugar en el “paraíso”. Son hombres de carne y hueso, con las debilidades, miedos, inseguridades y bajezas que ello implica. Y sin embargo, la Iglesia, les da el titulo ficticio de “Portadores de la Verdad”, y de “Jueces ejecutantes de la Justicia Divina”. Con ésto, la Iglesia no se encarga de llevar a su “rebaño” por el camino de la Verdad, de la Bondad y de la Conciencia, sino, por el camino de la Ignorancia, del Temor, y de la “penitencia en vida”. Otorgandole el poder de “perdonar” o “sentenciar”, las almas de sus iguales, a hombres tan o mas corruptos que los ingenuos que son juzgados.
  Todo esto, ha llevado a que los fieles, vivan sus vidas siguiendo reglas arbitrarias, y limitando su vida a ello. Lo cual les ha impedido, desarrollarse tanto intelectualmente, como espiritualmente. Ya que primeramente, están rechazando su condicion de seres de Luz, y aceptando que otros elijan por ellos, y les limiten las opciones a lo que “la iglesia dice que es correcto”. Los ha llevado a vivir sus vidas como pordioceros del espiritu, seres infraespirituales, infelices. Y todo lo que deben hacer es “creer”, tener “fé”, con ello, les han dicho que serán felices y plenos. Los han obligado, a vivir también sin riquezas materiales, pero no para que desarrollen una riquezas espiritual, sino para seguir alimentando sus “arcas”. La Iglesia siempre tuvo el concepto atroz de, “nosotros os daremos felicidad en el mas allá, si ustedes se deshacen de sus pertenencias en el mas acá, y se la dan a la Iglesia. Dios se sentirá mas cómodo en una “cálida mansión de oro”. Ustedes no lo necesitan, solo necesitan vuestra fé, que los hará “libres”. Despojaos de vuestros bienes, y serán mas espirituales y felices.” Jesús! Cuanta hipocresía! Cuanta basura! El materialismo de la Iglesia Católica (funesta evolucion de la primitiva Iglesia Cristiana), no tiene límites. Esa metamorfosis horrorosa, que han tomado “las enseñanzas de Cristo”, no tiene explicación sensata posible. Han distorcionado sus ideas a tal punto, de que ahora sean su antitesis! De la humildad del maestro Jesús, han pasado a la opulencia del Papa y su “bendito” Vaticano, o lo que yo llamo, “El palacio de la Voluptuosidad”. Mientras los fieles viven en la miseria, las “casas de dios” rebosan de oro. Del amor por todo ser viviente profesado por Jesús, los “cristianos” han desarrollado en sus fieles, el odio por los “otros”, por aquellos que poséen otras creencias, con una marcada intolerancia por lo diferente. Del estado de Conciencia absoluto, han pasado a la total Ignorancia, a seguir ciegamente reglas sin bases concretas. Del hacer el “bien”, por el solo placer de hacerlo, y la reconfortante sensación que ello implica, se ha pasado a “hacer el bien”, solo por miedo a ser castigados. La única razón por la que un “cristiano” intenta hacer algo bueno por su “projimo”, es para no quemarse eternamente en el Infierno. Y así podría seguir nombrado conceptos nocivos, que estos “reyes del imperio del engaño” han tomado perfidamente de las enseñanzas de Cristo. Las han deformado de tal manera, que en vez de guiar a su pueblo a la Evolución como Seres perfectos, lo ha conducido por un camino de mentiras, engaños e ignorancia, por un camino de Involución. Considero que el mayor Karma de un cristiano, lo que deberá superar en su próxima reencarnación, es justamente el ser cristiano. Para evolucionar, deberá dejar de lado aquellas promesas vacias de “la tierra prometida”, “el reino de los cielos”, el temor a un “dios vengativo y un dios compasivo”, es el mismo Dios, y no es ni Compasivo ni Vengativo, así como no existe “el cielo y el infierno”, ambos están aquí, y son pura y exclusiva elección vuestra. Actúa a conciencia, sé felíz, sé puro en pensamiento y acción, ama a todo ser vivo por su esencia, sin juzgarlo ni darle una polaridad negativa o positiva, simplemente por SER, disfruta tu vida, adquiere conocimientos útiles. Dejar que otros decidan por uno, es quizás el peor pecado que podría cometer un hombre. 
 Me gustaría cerrar éste texto, analizando brevemente (o al menos intentar que sea breve) una frase, que me parece muy acertada de Karl Marx. “La religión es el Opio del pueblo”. Tal vez, pueda mencionar un solo error, en la comparacion metafórica entre el Opio y la Religión, aparte del obvio, de que el efecto del Opio es momentaneo, la Religión es un mal que puede someterte toda la vida. Y es que el Opio, es algo de origen natural y que cumple su función primaria, en cambio, la Religión, como cualquier Institución cultural, ha sido creada por el hombre, y sin duda, no cumple su función real. Pero sí, estoy de acuerdo con la comparación planteada por Marx, no por su función primaria, sino por su función secundaria, o sus “efectos secundarios”. La función primaria del Opio, es la de calmar dolores físicos, y lo cumple, y la función primaria de la Religión, es la de “limpiar el espíritu”, “depurarlo de pecados” y prepararlo para una “eternidad feliz en el mas allá”, ¿lo hace? ... Pero en cambio, su función secundaria, ambos la cumplen (me refiero a primaria y secundaria, según la importancia de ésta). La del Opio, es el “Adormecimiento”, al igual que la Religión, la cual “adormece” a su “rebaño” con promesas vacías, historias que no pueden ser constatadas, y el único basamento es la “fé”, una creencia ciega, sin fundamento y completamente terca y cerrada. La religión, es el Opio del peblo, porque se encarga de “adormecer” al pueblo, de limitar su pensamiento a lo que es “correcto” (o mejor dicho, conveniente) para la Iglesia. ¿Por qué haría ésto alguien que tiene la Verdad? ¿Por qué los “enviados de dios”, necesitan drogar a sus seguidores? Los encargados de la Iglesia, necesitan que el pueblo esté dormido, para poder manipularlos a su antojo. Para poder decirles QUÉ y CÓMO pensar. Y un pueblo dormido, es el sueño de todo Tirano Manipulador. Como títeres de trapo, sin alma, sin pensamiento propio, sin posibilidad alguna de replica, ante quien maneja con demagogia los hilos de su vida, limitando sus acciones a sus deseos arbitrarios de manipulación. 

                                      







1 comentario:

Anónimo dijo...

sok el pep como t pasas escribiendo macho ma dao tiempo a komerme un bocata de xorizo, ta el texto mu bien , lo que falta un poco de orden que se leeria mejor, sino a la mitad ya duelen los ojos.

Un beso tontorron